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actualizando el blog de La Teta Feliz por problemas de tiempo, por mi trabajo. Yo sigo en mi blog personal, y tratando de actualizar La Teta Historia. Pero no La Teta Feliz. Sepan Disculpar.

Atte Jjaxxel



20 mar 2014

La vida es un paso a la vez - Sankh - 31

Capítulo 31:
-      ¿Mandi, te duele? – le dijo Kathy mientras le ponía el dedo en uno de sus hematomas.
-      Joder, claro que me duele Kathy, ¿eres tonta o te haces? – gritó Amanda quejándose.
-      Nada solo quería saber si tenías la suficiente sensibilidad luego de tantos días.
-      Estoy segura que no se hace, es así por naturaleza. – murmuró Lorena desde el sillón de la esquina.

-      Por favor, solo me hago es que la NASA por tres ocasiones me ha ofrecido trabajo y yo no he aceptado, así que para evitar todo ese desgaste, simplemente me hago la idiota para despistar.
Lorena la miró entrecerrando sus ojos - Ohhhh, pues te felicito eres todo una profesional despistando porque hasta a mí me has convencido de tu estado de retraso mental…
-      Nadie habló de retraso, sería más bien algo como una idiotez mental desmedida– la desafió con la mirada Kathy.
-      Si, puro ejemplo de una eminencia en potencia. – recitó con gran ironía Lorena
Ambas chicas sonrieron y guardaron silencio, no era nada raro que Lorena y Kathy tuviesen este tipo de conversación rara, era bastante habitual encontrarlas en sus conversaciones sin sentido, ya Kathy había pasado a ser un miembro más de la familia y todos la querían, así que existía una linda relación con toda la familia aunque a veces solo quisieran matarse.
La puerta se abrió inesperadamente y todas prestaron atención para poder observar a Karina que entraba. - Hola.
-      Hola, buenas tardes. – respondió educadamente Lorena.
Kathy alzó sus ojos al cielo en señal de molestia y trató de ser una niña buena. - Hola Karina, ¿qué tal estás?
-      Hola Kathy, muy bien gracias.
-      Me parece genial. – Kathy miró a Lorena y le dijo. – Vamos por un café niña.
-      No quiero café, quiero una cerveza. – respondió poniéndose de pie y caminando hacia Kathy.
-      Niña malcriada, te acusaré con tu madre, borrachina empedernida…te irás al infierno…
-      Te invito una cerveza. – le sonrió Lorena.
-      Ok ya no le diré a tu mamá. – le extendió la mano en señal de que tenían un trato, luego apartó su mirada y la fijó en Amanda. - Mandi estaremos fuera, si necesitas ayuda grita fuertemente, ¿sí? – sonrió sarcásticamente mientras cerraba la puerta.
-      No cambia. – dijo Karina caminando hacia Amanda.
-      Ni lo hará jamás, ella ya es así.
-      ¿Cómo te sientes?
-      La verdad es que me siento mucho mejor, me duele menos el cuerpo y aunque muchas personas pensarán que estoy mal de la cabeza todo está bien con ella. Así que solo estoy deseosa de salir de aquí, ya quiero estar en casa y prepararme para la recuperación que será larga y muy lenta, pero en casa me sentiré mejor.
-      Así será y estoy tan feliz de verte mejorada, no sabes cuan terrible me sentí al saber que tuviste un accidente y el solo hecho de pensar que te ocurriera algo negativo me hizo doler el alma. Eres muy importante para mi Amanda, lo fuiste y aún lo eres y perdona que lo diga ahora, pero no quiero perderte y lucharé para poder recuperar lo que tontamente perdí.
-      Karina tu sabes que…
-      Lo sé Amanda, pero aun así lucharé, quiero demostrarte que cometí un error imperdonable, me dediqué a perderte y me maldigo día con día por haberlo hecho. Quiero permanecer a tu lado en este proceso y en tu recuperación, que me permitas estar a tu lado…sin ningún compromiso, pero necesito estar a tu lado. ¿Me lo permites?
-      Karina, estás en tu derecho de permanecer, si es lo que quieres, incluso me haría bien tenerte a mi lado, me hace bien saber que al menos soy importante para que te tomes la molestia de estar…
-      No es una molestia, es mi necesidad. – la interrumpió rápidamente.
-      Aun así sabes que lo nuestro no ha ido y no va en ninguna dirección y tampoco…
-      Dame solo la oportunidad de intentarlo.
-      Ya tomé mi decisión Karina…
-      Y yo estoy tomando la mía Amanda.
Amanda la miró por un largo tiempo y analizó sus palabras, no era la respuesta que quería, pero en efecto sí era su decisión aunque la suya fuese otra. – Cierto Karina.
Karina se acercó sin apartar su mirada. - ¿Cómo pude perder a una mujer como tú?, siempre he pensado que podía tener a cualquier mujer a mi lado, podía tener lo que quisiera y cuando tuve la mejor mujer en mi vida, no la supe valorar y amar de la forma que merecía, ¿qué tonta hace eso?, yo quiero recuperarte Amanda.
Karina acercó su rostro para besar sus labios, pero Amanda movió un poco su cara para que el beso fuese en el borde de sus labios, le sonrió y le dijo con sinceridad. – Gracias por estar junto a mí en estos momentos, para mí significa mucho y estoy muy agradecida.
Karina asintió con la cabeza y se alejó hasta salir completamente de la habitación; mientras tomaba el ascensor pensaba en que definitivamente era una necesidad estar con Amanda, ya había entendido de la peor manera posible de que su lugar era al lado de esa mujer y que solo ella le había dado a su vida sensaciones, emociones y sentimientos que jamás había vivido y que cada día más se arrepentía de cada palabra que no dijo, de cada hora que no le dedicó, de cada infidelidad, de cada segundo que se permitió perderla…
Sus pensamientos la ensimismaron y cuando se percató ya había salido del hospital y en el estacionamiento se encontró con Cristina. Se detuvo frente a ella, la miró de arriba abajo con detenimiento. – Siempre he pensado que eres hermosa, pero lo que no sabía es que eras mi potencial y más temida enemiga y eso no es lo peor sino que estabas trabajando calladamente desde adentro.
Cristina la miró confundida de sus palabras y fijando su mirada a sus ojos le preguntó. – ¿Me puedes explicar con lujo de detalle a qué te refieres?
-      No trates de engañarme Cristina.
-      No lo hago Karina, pero tú no me hables en clave, si quieres referirte a mí me hablas claro y entonces yo te responderé con claridad.
-      Sabes de que hablo…que estás con Amanda.
-      ¿Qué estoy con Amanda?, si, lo estoy, siempre lo he estado y ahora más en estos momentos en los cuales necesita de las personas que la quieren verdaderamente.
Karina sonrió de medio lado. - ¿Nunca te he caído muy bien no?
-      ¿Ves? Esa es una pregunta clara a la cual tendrás una respuesta clara…no Karina, lo siento, nunca has sido santo de mi divina devoción y a mi entender el sentimiento es mutuo a menos que fuese que me querías llevar a tu cama también…
-      ¿No era santo de tu devoción porque era yo quien me llevaba a la cama a tu Amanda?
Cristina juntó sus dientes fuertemente y respiró profundamente. Se mantuvo en silencio observando a Karina con una mirada penetrante.
-      ¿O acaso ya follabas con ella y no podías concebir en verla compartida?, eres una ramera muy fina por cierto.
-      Mira Karina, no te permitiré que me faltes el respeto.
-      ¿Me negarás que te mueres por Amanda?
-      No, no muero por ella…vivo por y para ella, es muy distinto. Yo no soy como tu Karina, que andas follándote a todas las que te gustan y sucumben a tus encantos. Además, Amanda no es un objeto que lo tomas o lo dejas a tu antojo, no es de las mujeres que simplemente te la follas, como dices tú, Amanda es una mujer a la que le haces el amor y te entregas hasta que dos simplemente son una…
Karina permaneció en silencio sin saber que responder a las palabras de Cristina, sabía muy bien que eso era lo que Amanda siempre había deseado, eso que ella jamás le había ofrecido y evidentemente alguien más si le ofrecía o al menos sabia ofrecerlo... - ¿Crees que te quedarás con ella así tan fácil?, no me detendré hasta que regrese a mi lado nuevamente.
-      Karina a mí me tiene sin cuidado lo que tú hagas, estás en tu derecho de luchar por Amanda, de reconquistarla, de permanecer a su lado, de hacer todo lo que desees para recuperarla, pero solo te diré una cosa, yo no te haré la situación fácil, no me haré a un lado esta vez, no te dejaré el camino libre, yo estoy enamorada de Amanda y también estoy en mi derecho de luchar por su amor. Si ella decide que es a ti a quien ama, yo con dolor en mi alma seré una buena perdedora y me apartaré esta vez para siempre, pero si la lastimas nuevamente yo juro que…
-      ¿Es una amenaza? – la interrumpió con actitud Karina.
-      No, es una advertencia…- respondió Cristina con seguridad.
-      Sabes Cristina, me da bastante risa tu seguridad, parecieras tan segura del amor de Amanda que no te importa que yo luche por ella, nosotras tenemos más de lo que tú puedas tener con ella.
-      En realidad tú me das risa a mí porque no tienes ni idea lo que Amanda y yo tenemos, eso es lo que en realidad me hace estar segura…y no tengo porque estar discutiendo contigo lo que pueda o no tener con Amanda, o mis sentimientos hacia ella, solo que tengas presente que existe alguien que en realidad la ama como ella merece y esta vez no la dejará tan fácilmente. – le sonrió mientras en la misma acción alzaba sus cejas. – Y ahora si me disculpas tengo cosas más importantes que hacer en este momento.
Cristina se alejó sin siquiera mirar atrás y continuó su camino hasta llegar a la habitación de Amanda, entró en silencio y se acercó hasta llegar a ella. - ¿Y por qué tan sola mi pequeño saltamontes?, ¿dónde andan las idiotas que se supone estén contigo?
Amanda rio por el comentario. – Fueron por un café o ¿una cerveza?, en realidad no sé, pero no hace mucho que estoy sola…Karina estaba aquí y…
-      Ah sí ya sé. – afirmo rápidamente Cristina.
-      ¿Ah?
-      Nada que solo me la encontré. – murmuró sin mirar a Amanda acomodando unas cosas que había traído de la casa.
-      Aja, ¿y?
-      ¿Y qué Mandi? – se detuvo a mirarla con seriedad.
-      Nada…
-      Bien, traje una ropa de cama, ropa limpia para ti y algunos antojos para que comas…
-      Te ves tan hermosa y sexy cuando estás seria y enojada.
-      ¿Qué te hace pensar que estoy enojada? – se detuvo a mirarla seriamente.
-      No es que piense, solo es que te conozco, te huelo, te siento…recuerda que soy tu amiga.
-      Si claro mi amiga. – dijo con ironía haciendo una mueca con la cara.
-      ¿No, y qué soy entonces?
-      No sé, eso me gustaría que me lo dijeras tú, ilumíname por primera vez en mi vida. – alzando sus manos al cielo en señal de buscar la respuesta.
Amanda la observó detenidamente. – Bueno yo diría que…
-      ¿Soy tu amiga con derecho?
-      ¿Mi amiga con derecho? ¿Qué es eso? – preguntó Amanda con cara de idiota.
-      Bueno amiga con derecho a rozar, tocar, besar, acariciar, comer, succionar, lamer y demás acciones relacionadas.
Amanda quedó totalmente sonrojada y sin apartar la vista de Cristina le dijo tímidamente. – No eres solo eso.
Cristina se acercó a Amanda y estando muy cerca de ella la susurró. - ¿No?
-      Eres más que eso. – respondió Amanda sin despegar su mirada de los labios de Cristina.
Cristina acortó la distancia entre sus labios y preguntó suavemente. –¿Y entonces…?
-      Todo. – respondió y sin dudar besó esos labios que tanto deseaba besar, con el solo contacto sintió electricidad por todo su cuerpo, había esperado tanto para saborear nuevamente esos labios que la enloquecían y simplemente quería que el tiempo se detuviese en ese instante.
El beso rápidamente se intensificó, sus lenguas se acariciaban con gran necesidad, estaban completamente perdidas en ese beso que la hacía sentir vivas nuevamente. Ese contacto era tan fascinante, tan único, tan perfecto…Amanda sintió por primera vez en muchos días una sensación que la embriagó y la hizo olvidar por ese momento de toda su agonía, se separó un poco del rico contacto y con sus dedos acarició los labios de Cristina, fijó su mirada en sus ojos y luego a sus labios mientras dibujaba con sus dedos la curva de su labio inferior. – Extrañé tanto mirar tu hermoso rostro, extrañé tanto saborear tus labios, extrañé tanto tu presencia, te extrañé tanto que comenzó a dolerme al respirar, solo podía pensar en ti cada minuto del día…y soñé contigo también, soñé que venias por mí y cuando me desperté aquí estabas junto a mi cama.

-      Necesitaba simplemente estar donde pertenezco. – acortó la distancia entre sus labios, los labios de Amanda estaban entreabiertos, rozó su lengua con la de Amanda y cerró sus ojos dejándose llevar por la increíble necesidad y la perfecta sensación que le ofrecían esos labios siempre que los besaba. No sabía si era que Amanda besaba divinamente, o que sus labios eran demasiado deliciosos o que ella estaba totalmente enamorada, pero quería besarla eternamente, porque solo ella la hacía sentir viva…
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1 comentario:

  1. Me gusta esta historia.me facina hola.deseo que vuelvas a escribir.otra tan maravillosa.y hermosa.me leo yleo esta historia yquedo facinada.gracias por tu tiempo.gracias.un millon dios te bendiga.

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