Capítulo 21:
Kathy preparaba como siempre el desayuno mientras cantaba y bailaba…
Echa pa'lla, todo lo malo echa pa'lla
Saywith me
Echa pa'lla, todo lo malo echa pa'lla
Sayloud
Echa pa'lla, todo lo malo echa pa'lla
Saylouder
Echa pa'lla, todo lo malo echa pa'lla
Sube las manos pa'rriba,
dale pa'bajo, dale pa' un lado, pa'l otro lado
Sube las manos pa'rriba,
Saywith me
Echa pa'lla, todo lo malo echa pa'lla
Sayloud
Echa pa'lla, todo lo malo echa pa'lla
Saylouder
Echa pa'lla, todo lo malo echa pa'lla
Sube las manos pa'rriba,
dale pa'bajo, dale pa' un lado, pa'l otro lado
Sube las manos pa'rriba,
dale pa'bajo, dale pa' un lado, pa'l otro lado
Sube las malos pa'rriba,
dale pa'bajo, dale pa' un lado, pa'l otro lado
Sube las malos pa'rriba,
dale pa'bajo, dale pa' un lado, pa'l otro lado
Cristina aún permanecía en casa y se detuvo a observar la danza de un lado y otro de su amiga; no importaba si Kathy cantaba muy mal o si no bailara sexy, lo cierto era que era exquisito verla siempre de tan buen humor y con ese ánimo que era contagioso. Se dio cuenta en ese preciso momento que no recordaba un día en el que Kathy estuviese triste, mal humorada o en un estado de histeria nazi, hizo el esfuerzo de recordar solo un momento en el que Kathy hubiese demostrado algún sentimiento opuesto a sus malos bailes y su gran cinismo, pero no, no lo recordaba porque no lo había.
- ¿Hace cuánto que estás ahí mirando mis pasos de baile para robártelos y hacerte rica con ellos?, te diré una cosa Crisita. – señalándola con un cuchillo. – Tengo copyright, pero ni se para que te digo si jamás llegarías a ser tan buena como yo, es que ósea solo mírame.
Cristina rio y murmuró. – No cambias. – mientras tomaba una galleta de un envase en la cocina.
- Hey nena, deja eso, toma un desayuno completo, el desayuno es…
- La comida más importante del día. – completó Cristina.
- Exacto, así que siéntate y desayuna bien.
- No me apetece Kathy, no me siento muy bien esta mañana, tengo un asco espantoso.
- Por un demonio, estás embarazada. – se paralizó en medio de la cocina sin siquiera mover un músculo.
- Idiota, como crees que pueda pasar eso.
- Bueno eso pasa cuando un hombre y una mujer tienen…
- Ya se eso tonta, es que no puede ser. – dijo con seguridad.
- Ah sí es cierto, la última vez que hiciste el cabrito en precipicio fue con tu maldito ex exexexex Arturo…
- ¿Por qué tantas veces ex? – la miró confundida.
- Es que hace tanto tiempo de eso que ya parece eco, aunque siempre quiera contigo el idiota. Y bueno si haces esto... –juntó las palmas de sus manos y las unió y las separó repetidamente – con Mandi pues por biología no puedes quedar embarazada, a menos que… - se detuvo frente a Cristina y le sirvió el desayuno - ¿Mandi tiene un cosito?
Cristina sonrió y pasó su mano sobre su frente - ¿Cómo crees?, ella tiene cosita.
- ¿En serio? – le preguntó divertida con ambas manos en la mesa como si de un interrogatorio se tratase.
- Sí.
- No, tiene cosito, lo recuerdo cuando éramos niñas y dormíamos juntas y yo sentía cosas así tras de mí y le decía Mandi que es eso y siempre me decía es el control del televisor Kathy. Ahora se la verdad de aquel misterio. – recitó con un gran dramatismo.
- No, tiene cosita. – se apresuró a decir Cristina con plena seguridad.
- Si, tiene cosito.
- No.
- Sí.
- Que no.
- ¿La has visto? – le preguntó Kathy rápidamente.
- Sí.
Kathy comenzó a reírse como desquiciada. – La lalalaLalalala Elmos World La lalalaLalalala Mandis World…no pues Cris tu caes solita hermosa.
- Te odio maldita desgraciada. – gritó Cristina.
- Si lo sé, aun así no puedes vivir sin mí; pero a ver cuéntame, ¿la viste, la sentiste, la tocaste, la la…
- Ya Kathy por Dios Santo. – murmuró toda sonrojada.
- Ahora en serio preciosa, cuéntame que pasó.
- Kathy, ha sido tan maravilloso el concierto, el lugar donde nos quedamos, fue increíble que Amanda lo disfrutara conmigo; fue tan hermoso y… - guardó silencio, ese silencio que dice más de lo que pensamos.
- ¿Y qué más Cris?
Cristina comenzó a tomar su desayuno manteniendo silencio, pero visiblemente nerviosa antes los ojos de Kathy.
- Bueno mija, si dormiste con Mandi nuevamente y desaprovechaste la oportunidad de tener sexo salvaje con ella en un lugar apartado donde nadie las molestara y pudiesen hacer lo que se les pareciera; pues eres bien burra tu…o sea si la tenías ahí todita para ti, tenías que violarla si no quería…es que…
- Ya Kathy…- interrumpió Cristina mientras tomaba su rostro con su manos – Hicimos el amor y quería que lo hiciéramos mil veces más.
- Cristo de los ejércitos…
- ¿Qué? – le preguntó sorprendida de su reacción.
- Que golosa eres… - con cara de niña traviesa.
- Ayyy Kat, no hagas esto más difícil de lo que ya es.
- Bueno comienza por contarme que pasó, llegaste y te le abalanzaste encima, la amarraste y la hiciste tuya o fuiste más civilizada y…
Kathy hizo una pausa para acercarse a Cristina y observarla detenidamente, se dio cuenta que no era buen tiempo para bromas. Cristina aún tenía su cabeza metida entre sus manos, pero logró alcanzar a ver unas lágrimas que rodaban por sus mejillas. Se entristeció de verla en ese estado, le partió el corazón sentirla de esa manera, se sentó a su lado, apartó sus manos de su rostro y secó una lágrima que moría en sus labios. – Lo siento Crisita, soy una tonta payasa, pero no quiere decir que no me importe lo que te pase, es solo que…
- Yo soy la tonta aquí Kathy. – y se abrazó a su amiga fuertemente.
Kathy la abrazó mientras acariciaba su cabello dulcemente. – Pensé que sería perfecto.
- Lo fue. – respondió Cristina mientras se alejaba del abrazo.
- ¿Entonces mi niña? ¿Qué pasó?
- Eso, que fue perfecto, besarla, tenerla en mis brazos, acariciarla…amarla, fue más de lo que jamás pude pensar o imaginar o incluso vivir.
- ¿Y cómo pasó, quíen dio el primer paso o quién...?, ya sabes.
- Todo fue tan raro, Karina la llamó y me dieron unos celos increíbles como siempre, pero en esta ocasión no pude disimularlos o no quise así que Amanda lo notó.
Kathy no pudo evitar reírse. – O sea que quedaste en total evidencia de que estabas encuernada.
- Si algo así y Amanda me preguntaba que me pasaba y yo más enojada me sentía y bueno una cosa nos llevó a la otra y ya no pudimos evitarlo, ya no pude negarme la necesidad que tenia de besarla nuevamente y tener más de ella. No pude Kathy, aunque créeme que algo dentro de mí me decía que no me dejara arrastrar, pero ya no pude, ya no quise. Creo que en esa habitación ambas luchábamos contra nuestros sentimientos, pero no lo logramos y nos rendimos a los encantos de la otra. Es que por Dios, tenerla tan cerca de mí era tan delicioso, todo mi cuerpo la deseaba, no podía simplemente nuevamente dar la media vuelta y decir que nada estaba pasando; me estaba quemando, me consumía. Fue tan único sentirla y poder sentir que en ese momento ella estaba sintiendo lo mismo que yo, nos convertimos en una esa noche, no necesitamos de explicaciones, ni razones, ni excusas, simplemente hablamos el lenguaje de nuestros cuerpos y de nuestros corazones. Nadie más, solo ella y yo. ¿Sabes?, fue mejor de lo que soné, ya me había hecho una idea que jamás podría cumplir mis sueños con Amanda porque estaba segura que ella nunca me llegaría a desear como mujer o podría simplemente verme más allá que su amiga, pero ese sueño solo era un sueño porque la realidad es mucho mejor y más perfecta. Siento algo que jamás en mi vida había existido antes, no puedo ni siquiera explicarte lo única y especial que me siento.
- ¿Y por qué lloras cariño? – le preguntó con gran dulzura.
- Quizás por la felicidad de hacer el amor con la mujer que …
- ¿Qué amas?
- Que amo… - respondió pausadamente analizando su respuesta. -¿pero por que ella Kathy?
- Si, lo mismo me pregunto, por qué ella y no yo que soy más hermosa, pero para los gustos los colores y para el carajo las opiniones. – movió su cabeza en señal de desaprobación.
- Eres tan idiota. – se rio de su comentario tan egocéntrico.
- Lo sé. Mira Crisita no sé porque Mandi, solo es ella, es tu amiga y es mujer, pero, ¿acaso importa eso? Te enamoraste y bueno fue por el trato diario con ella, porque le apasionan cosas similares, porque te atrae físicamente, porque te complementa el alma, porque te enamora el corazón, porque es la que te mueve el tapete y listo, ¿qué demonios haremos con eso? Es tan fácil decir es imposible, pero quien le dice al idiota del corazón que no ame o que no se enamore o que no desee, no sé Cris, ¿acaso importa que sea tu amiga Amanda o que sea tu amigo Armando?
- Sigue siendo mi amiga.
- Sí, pero eso pasa todo el tiempo.
- ¿Y si solo me confundí con el trato que ella me daba? – preguntó con profunda tristeza.
- No lo creo, porque también soy tu amiga y conmigo no te confundiste, nos quieres a ambas, pero a mí no me deseabas como para querer llevarme a la cama. Así que al diablo si es tu amiga o no, estás enamorada y punto. Amanda y tú deberían sentarse una frente a la otra y poder decir las cosas que sienten y ocultan, por miedo, por confusión, por estupidez, por inseguridad; por lo que sea, pero son dos mujeres adultas y deben hacerse responsables de sus sentimientos.
- Kathy…- dijo Cristina respirando profundamente y con su rostro totalmente estresado.
- Si Crisita.
- ¿Recuerdas por el proyecto que he luchado tanto estos años?
- Claro, lo recuerdo muy bien, me has tenido cansada todo este tiempo, es lo que más has desea…do – guardó silencio, permaneció un instante observando el rostro desfigurado de Cristina y dijo. –¿Lo obtuviste?
- Sí.
- ¿Y no estás feliz por eso?, es por lo que has luchado todo este tiempo.
- Dos años lejos Kathy. - una gran tristeza visible se apoderó de todo su ser, mientras un gran dolor se escondía en el corazón.
Kathy la miró profundamente, analizó cada facción de su lindo rostro y entendió las lágrimas de Cristina, incluso las sintió.
- Es la oportunidad de mi vida Kathy.
- Quizás ella sea el amor de tu vida.
Cristina fijó su mirada a la nada, se perdió entre pensamientos que solo la hacían sentir desolada. La vida era una ironía que le obsequiaba la peor de las encrucijadas. ¿Era posible?, era justo todo esto que sentía y que vivía en estos momentos.
Kathy por primera vez en su vida, por única vez en su vida no supo que responder, no supo que argumentar, no sabía qué opinión emitir, pero estaba completamente segura que esto no marcharía bien. Sabía porque no solo se lo habían dicho sus amigas sino porque lo veía, lo sentía, lo olía, lo tenía muy claro que esas dos mujeres se amaban como unas niñas, pero eran lo suficientemente estúpidas y cobardes para no detenerse una delante de la otra y gritarse a la cara sus sentimientos; no sus deseos sino sus más hermosos y verdaderos sentimientos…ese amor que las estaba consumiendo, que las estaba de cierta manera matando… - “Para el café está la azúcar. Para el pan, la mantequilla. Para crecer es la vida. Para amarrarte, la culpa. Pa’ protegerte está el miedo y pa’ equivocarte, hazle caso. Para el ateo está su mente. Para el cristiano, la cruz. Pa’ los budistas la flor de loto. Pa’ enamorarse está París. Para olvidarse, Las Vegas. Pa’ arrepentirse, el Vaticano. Para abrigarse, el invierno. Para soñar, el otoño y para encuerarse, el verano. Pa’ recordar, el matrimonio. Pa’ enloquecer, el divorcio y pa’ rebajar, la venganza. Pero créeme yo nunca he encontrado paz pa’ un corazón roto”. - Kathy le sonrió y completó. - La vida se trata de decisiones, pero más que eso de sentimientos. Si sabes lo que quieres y deseas, ¿por qué no vas por ello?; si sabes lo que sientes y amas, ¿por qué no lo gritas a los cuatro vientos y desde el fondo de tu corazón?, la vida no perdona las decisiones erróneas y solo te dejará un corazón roto para el cual no hay medicina, ni palabras, ni tiempo, ni médico chino, ni cura alguna para ello, una vez caminado ya no hay marcha atrás. La vida es solo una Crisita y es tan corta, vívela con intensidad de la manera que deseas porque llegará el día en que se habrá acabado la vida y simplemente no habrás vivido…- besó su mejilla y caminó lejos de ella con su propio dolor consumiéndola.
Cristina mantuvo su mirada hasta ver que Kathy desaparecía en su habitación, tomó sus pertenencias apartando todo tipo de pensamientos que solo la entristecían y la hacían sentir peor de lo que se sentía, necesitaba sin dudas decidir, ¿decidir qué?...bueno lo que fuese a decidir… Cristina salió de la casa con rumbo al trabajo, no había visto a Amanda desde la noche anterior parada en su puerta con una excusa, con un propósito, con una razón, con esa cara de idiota que tanto amaba…
Ya en su auto de camino al trabajo marcó al alzar una canción en su reproductor y como señal divina escuchó:
Como había pensado fue pasando el día
todo calculado sin haber sonrisas más que las medidas,
sin algún te quiero sólo indispensable,
allí te apareces tú,
cambiaste el mundo en medio día
hoy no sé hasta dónde ir
pues nadie puede darnos esa guía.
Hasta donde he de aguantar este silencio,
hasta cuando me voy a decir te quiero,
hasta donde he de callar,
dime cuanto debo sujetarme el alma,
hasta donde amor,
voy mostrando todo lo que
llevo dentro.
A veces te sueño y vuelo contigo a algún
paraíso que tú y yo escogimos.
A veces me miro y debo frenarme
por qué me doy cuenta que mi alma arde,
como hace tanto no lo hacía,
que debo entregarme guardándome de a poco
que ironía.
Hasta donde he de aguantar este silencio,
hasta cuando me voy a decir te quiero,
hasta donde he de callar,
dime cuanto debo sujetarme el alma,
hasta donde amor
voy mostrando todo lo que llevo.
Hoy camino en una nube
y aunque a veces doy la espalda,
no es pensando en que te alejes,
es a ver si tú la abrazas.
Hasta donde he de aguantar este silencio,
hasta cuando me voy a decir te quiero,
hasta donde he de callar,
dime cuanto debo sujetarme el alma,
hasta donde amor,
voy mostrando todo lo que llevo dentro.
Dime tú hasta donde…
------------------------------------------------------------------------------------------------------todo calculado sin haber sonrisas más que las medidas,
sin algún te quiero sólo indispensable,
allí te apareces tú,
cambiaste el mundo en medio día
hoy no sé hasta dónde ir
pues nadie puede darnos esa guía.
Hasta donde he de aguantar este silencio,
hasta cuando me voy a decir te quiero,
hasta donde he de callar,
dime cuanto debo sujetarme el alma,
hasta donde amor,
voy mostrando todo lo que
llevo dentro.
A veces te sueño y vuelo contigo a algún
paraíso que tú y yo escogimos.
A veces me miro y debo frenarme
por qué me doy cuenta que mi alma arde,
como hace tanto no lo hacía,
que debo entregarme guardándome de a poco
que ironía.
Hasta donde he de aguantar este silencio,
hasta cuando me voy a decir te quiero,
hasta donde he de callar,
dime cuanto debo sujetarme el alma,
hasta donde amor
voy mostrando todo lo que llevo.
Hoy camino en una nube
y aunque a veces doy la espalda,
no es pensando en que te alejes,
es a ver si tú la abrazas.
Hasta donde he de aguantar este silencio,
hasta cuando me voy a decir te quiero,
hasta donde he de callar,
dime cuanto debo sujetarme el alma,
hasta donde amor,
voy mostrando todo lo que llevo dentro.
Dime tú hasta donde…
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