Sinopsis: En febrero la prueba de embarazo a la que te sometes da positivo y te echas a llorar sobre el suelo. Le pides a Vita que te acompañe a la clínica para dar terminación a aquella imprudencia. Ha sido un descuido inaudito. Ella te asiste, pero además llora contigo. Te propone incluso que tengan al bebé y que juntas lo críen.
Que se escapen lejos de tu marido. Pero no estás lista. No quieres esa responsabilidad. Temes que puedas llegar a ser tan o más insensata que tu verdadera madre, la que abandonó para irse a vivir alguna aventura. Temes el estigma y, por qué no, tiemblas de los nervios al pensar en qué harías si un día Vita cambia de parecer y te deja a solas criando un bebé que ni siquiera es suyo. 
Eso a ella le molesta sobremanera. Vita sube el tono de su voz, aun estando ustedes en el vestíbulo de la clínica. Le pides que no sea egoísta, que entienda tus argumentos. Ella alega que siempre has sido una 'spoiled girl' y que ha sido su culpa por darte tantas cosas inmerecidas. Cosas que ni siquiera ella ha podido sufragar y se ha visto en la necesidad de buscar los métodos para ofrecértelas. Te saca en cara todas las comodidades que siempre ha procurado para ti y tú bajas el rostro. Pides disculpas, pero mantienes tu posición de no querer parir solo para devolver un favor. Vita te cuida esa tarde. Te coloca bolsas de agua caliente en el vientre, te allega las pastillas para el dolor después del procedimiento. Te hace una sopa de pollo y prepara un té. Tú balbuceas: ¿Dónde estará dios? Ella exclama: Dios es el invento de un muy buen escritor, con una muy mala intención. Luego se marcha furiosa
Violeta, la novela
No hay comentarios:
Publicar un comentario