VIH y Relaciones Lesbicas ¿ Cuestión de practicas o mitos?

Diversos estigmas rodean la epidemia del VIH, mucho más si se trata de mujeres lesbianas y su vínculo con la enfermedad. De manera especial poco se habla de la transmisión del virus entre mujeres homosexuales y bisexuales, aún cuando el riesgo de contagio es el mismo que presentan parejas heterosexuales.

Algunos autores y activistas resaltan la homofobia como una de las causas del silencio mediático y el desinterés de algunos/as investigadores/as. La promoción de temáticas propias de la salud sexual de mujeres lesbianas es una asignatura pendiente. Los prejuicios afectan la percepción de riesgo, la prevención de enfermedades y la revisión ginecológica sistemática.

Sin embargo, semejante situación parece ser una problemática a nivel internacional. El sitio web del Boletín Informativo de PortalSIDA publica un artículo donde se afirma: “La homofobia actúa como barrera para el acceso de las lesbianas a los recursos socio-sanitarios y a un mejor cuidado de nuestra salud; contribuye a retroalimentar nuestra invisibilidad y la de nuestras relaciones homosexuales dentro del sistema sanitario y en el imaginario colectivo. Todo ello contribuye a obstaculizar la normalización de la visita ginecológica periódica de la mujer lesbiana, y el diálogo abierto con los profesionales de atención primaria respecto a cuestiones que tienen que ver con lo sexual, apoyado por la presunción general de heterosexualidad. Podemos ir con nuestras parejas a consulta, pero siempre se “entenderá” que es nuestra amiga, nunca nuestra pareja.

Y es que el tema de las ITS y el VIH en relación con las mujeres lesbianas es de interés no solo para ellas sino para las y los profesionales que tienen que ver con la salud de este sector de la población femenina.

Resulta importante dar a conocer los múltiples riesgos y la falsa “invulnerabilidad” de las relaciones homoeróticas femeninas. Si bien históricamente la población de mayor riesgo ha sido identificada por los hombres que tiene sexo con otros hombres y se reconoce que en las relaciones sexuales entre mujeres se intercambian menor cantidad de fluidos corporales, lo cierto es que existen casos de transmisión del VIH entre lesbianas y bisexuales además de la presencia de ITS como el virus del Papiloma Humano, causante del 70% de los canceres de cuello uterino.

La educación sexual y la promoción de salud resultan vitales para desarrollar en estas poblaciones actitudes responsables. Por ello la importancia de dar a conocer prácticas sexuales seguras que pueden ser poco conocidas por las parejas de mujeres.

Varios sitios especializados coinciden en varios consejos donde el intercambio de fluidos vaginales se reduce al mínimo, y/o el uso de barreras-como el latex- resulta fundamental para una buena práctica de sexo seguro garantizando el máximo de placer.

Por ejemplo entre las formas más seguras de hacer el amor entre mujeres se encuentran: el tribadismo (frotar el clítoris contra el muslo de la compañera sexual), ya que el intercambio de fluidos corporales es mínimo; también la masturbación mutua- si es con objetos sexuales no se deben compartir o deben ser previamente desinfectados- y/o la estimulación digital- cuidando no tener heridas o rasguños, aunque también pueden utilizarse guantes-.

El sexo oral protegido (utilizando barreras de látex como condones extendidos) y la penetración protegida (guantes de látex o guantes individuales para cada dedo), el uso de juguetes sexuales con uso de condones de látex o sin compartirlos con la pareja sexual, son otras formas de reducir la posibilidad de contagio del VIH y las ITS entre mujeres.

Por supuesto, la mayor regla de seguridad en todas las relaciones sexuales está en conocer el estado serológico propio y de la pareja o compañera/o sexual. Para lo cual se requiere comunicación y el seguimiento sistemático de nuestro estado serológico.

Por Lirians Godillo Piña

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